A la hora de comprar pescado fresco, uno de los puntos más importantes a tener en cuenta es su frescura. No todos los pescados soportan el paso del tiempo de la misma forma y unos se degradan más rápidamente que otros. Los pescados blancos como la faneca o el abadejo son pescados que empiezan a deteriorase rápidamente después de su pesca. En cambio ejemplares cómo el congrio, el rape, o el rodaballo son pescados que aguantan muy bien y pueden ser consumidos incluso una semana o más después de pescarlos (siempre y cuando su refrigeración sea óptima y la cadena de frío se mantenga).
Si quieres elegir el pescado más fresco de la pescadería ten en cuenta los siguientes puntos:
1.- La piel debe ser brillante, tersa y las escamas vidriosas.
2.- Los ojos deben sobresalir, aparentar brillantes y gelatinosos, un pescado con los ojos hundidos, es un pescado que lleva mucho tiempo almacenado.
3.- Uno de los puntos más importantes a tener en cuenta es que sus agallas sean rojas de un color intenso. Evita los pescados que tengan agallas de un color marrón o no digamos ya un color grisáceo.
4.- El olor de un pescado fresco jamás será rancio o con toques de amoniaco. Evita pescados que desprendan un fuerte olor que no sea el característico del pescado.
5.- La carne debe aparentar firme y lisa pero esto no podrás comprobarlo hasta que lo troceen.
Todo esto es importante a la hora de comprar un pescado fresco, pero por muy fresco que esté también debemos conservarlo y tratarlo bien hasta que lo consumamos. Una vez en casa es importante meterlo en la nevera fuera de la bolsa de plástico, en un escurridor para evitar que se encharque. Y si se trata de piezas grandes que consumiremos al día siguiente de comprarlo, podemos taparlo con un paño húmedo, con el fin de que la piel no se reseque y se mantenga en perfecto estado al día siguiente.
En relación a que si existen productos para mantener un pescado fresco o aparentar que lo está, llevando ya mucho tiempo almacenado, queremos comentaros que sí existen, pero normalmente en la mayoría de pescaderías el único producto utilizado para su conservación es el hielo y las cámaras frigoríficas.
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